Aprovecho de agradecer las palabras de milena.
Luego, pequeña refutación amistosa de Jeremías:
Es probable que un texto como este genere malentendidos. Pero en ninguna parte se dice que “el que no perdona esté aprisionado en el pasado”. Y si ello hubiera sido afirmado no sería una “estrategia discursiva” deshonesta, como dices, sino simplemente un error. Y decir que el perdón es una libertad, en el sentido de mi texto, implica que se es enteramente libre de perdonar o de no hacerlo; no dice que quien perdona se vuelve libre y quien no lo hace permanece esclavo, lo cual si hubiera sido afirmado, no sería tampoco hipócrita sino aberrante, sobre todo si se agrega “que ya no posee el estatuto de persona humana”, lo cual no puede deducirse del texto ni con mucha imaginación. No hay que entender las cosas al revés, Jeremías.
La breve descripción de sentimientos en relación al pasado como al futuro es una manera de comprender el sentido de estos sentimientos, que se interponen entre le presente y las dos dimensiones temporales. Todos vivimos en el tiempo y tenemos así disposiciones diferentes hacia sus dimensiones (pasado, presente, futuro). La palabra “curar” (y aclaré que no me refería a sanar), aplicada a la memoria, significa primero que nada “preocuparse” de ella, la cura es la inquietud y el cuidado hacia algo que nos importa. Como en la “cura psicoanalítica” nos ocupamos de las huellas del pasado en nosotros. La memoria, así como la voluntad o la consciencia, pueden ser efectivamente considerada enfermas o dolientes. Y ello debe ser comprendido primero que nada en el plano individual, justamente el plano de la consciencia íntima, que no se interpone ni se opone a la historia social ni nada por el estilo. Dejo muy en claro (es justamente el fondo del artículo) que el perdón si (acaso) pudiera surgir, no debiera ni interponerse a la justicia ni estar condicionado por ella pues es extrajudicial.
Luego dices: “Responder a esos desafíos (históricos) requiere reflexiones y posturas que abran caminos verdaderamente nuevos en contextos específicos”. Totalmente de acuerdo. Sin embargo ello no implica en absoluto que un proceso individual sea una manera “más cómoda para “resolverlo” todo en el ámbito seguro y narcisista de la conciencia íntima”. Los procesos históricos no valen nada si imposibilitan los procesos individuales; contraponer lo histórico-colectivo y lo individual (tratándolo de narcisista), me recuerda el error de una época en que le solo el marxismo contaba en el la arena de las ciencias humanas; entonces se hubiera remplazado el término narcisista por el de “pequeño burgués”, pero el fondo es el mismo. Los “caminos verdaderamente nuevos” permitirán la vida y la expansión de la consciencia íntima, así como la vida del mundo simbólico colectivo y de los movimientos sociales. Sino no serán nada nuevo.
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Por: Daniel Ramírez
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